Una torre situada en el lado Este, es quizás el único vestigio vivo de este templo primitivo. Según su tipología constructiva podría haber sido una de las torres puertas de la antigua muralla, que posteriormente al ampliarse el núcleo urbano quedaría dentro de la población y sería reutilizada como campanario de una iglesia primitiva.
Disponía de dos torres gemelas en la fachada. Posteriormente, se recreció la torre Sureste, para ello, se forraron y alargaron las fachadas Sur y Este con ladrillo. Esta decoración de ladrillo resaltado se corresponde con la de las torres tardías de la segunda mitad del s. XVI.
La fachada presenta una portada en piedra sillar de estilo gótico en la que, bajo el gablete que remata la puerta, todavía se conserva en el interior de una pequeña hornacina una escultura de la Virgen con el Niño de comienzos del s. XV.
La iglesia sufrió un terrible incendio en 1942, que comenzó en el ábside. Los vecinos intentaron salvar lo máximo posible, pero aún así se perdieron numerosos bienes materiales y otros muchos se vendieron posteriormente, para poder restaurarla.
Las restauraciones posteriores al incendio la han alejado de su imagen original. Esto se advierte tanto en su interior donde se han perdido los suelos y agramilado sustituidos por materiales actuales y repintes, que simulan los anteriores; como en su exterior, donde actualmente presenta un color rojizo que se aleja enormemente de su imagen original.
En la nave central destacan dos retablos de época gótica; el retablo dedicado a Santiago el Mayor y el dedicado a santa María Magdalena, los dos retablos proceden del taller de Benito Arnaldín, de primera mitad del s. XV.
En la restauración, en el altar mayor se colocó un retablo dedicado a la Asunción de María que se encontraba en una de las capillas laterales y el cual tiene varios añadidos a modo collage de pinturas y esculturas de varios retablos diferentes.
Otros elementos a destacar en esta iglesia son los alfarjes, que se encuentran en la fachada, en la techumbre del coro y en la capilla lateral del lado Este. En estos alfarjes encontramos numerosos escudos pintados de las familias más influyentes del s. XIV y s. XV.
El alfarje situado bajo el coro se salvó del incendio. En éste, en el s. XIV, el maestro de obras que también dirigiría las obras de la iglesia de las Santas Justa y Rufina y las de la iglesia de San Miguel, deja su firma bajo la techumbre del coro con la siguiente inscripción: «era: maestro: Yuçaf Adolmalih«, inscripción que se completa con una sahada o profesión de fe musulmana, escrita en caracteres árabes que dice:
«No hay más dios que Alá (y) Mahoma es el enviado de Dios. No hay … sino Dios«.
Fuente: maluenda.net