La tipología del edificio corresponde a una iglesia fortaleza. Este tipo de arquitectura se caracteriza por encontrarse a medio camino entre lo religioso y lo militar. Su gran peculiaridad estriba en que por el exterior y sobre las capillas discurre una galería de arcos que permite dar la vuelta a toda la iglesia sirviendo a su vez de adarve defensivo.
Los muros están realizados en argamasa de yeso liso sin ningún elemento decorativo. En su fachada principal se levantan dos torres de planta cuadrangular, que solo se acusan en alzado en la parte superior por encima del hastial y donde se abre el cuerpo de campanas, coronadas con un chapitel piramidal. La portada principal presenta un arco apuntado con dos arquivoltas y un arco de medio punto añadido en 1564, rematada por un Dios Padre, muy deteriorado, con la bola del mundo.
Sobre la portada se pueden ver cuatro arcos apuntados de ladrillos ciegos que en origen se cerrarían con alabastro permitiendo pasar la luz al interior de la iglesia.
La iglesia está constituida por una única nave de tres tramos con capillas entre los contrafuertes y un ábside poligonal de siete lados. En los lados más próximos al ábside se abrieron nuevas capillas. En el siglo XVI se construyó la del Rosario, en el lado del evangelio y ya en el siglo XVII, en el lado de la epístola, la dedicada a san José.
El presbiterio queda sobreelevado por gradas decoradas con azulejos del siglo XVI, localizándose a los pies de las gradas una cripta.
En el tramo de los pies se localiza el coro alto, sobre bóveda rebajada de crucería sencilla y decorada con pinturas figuradas y clave colgante.
Destaca la tracería en yeso de la portada de la capilla del Rosario, que junto al púlpito, muestran el extraordinario y delicado trabajo de los alarifes mudéjares.
Actualmente, en la iglesia podemos ver los retablos dedicados a san Ramón Nonato (hasta ahora se creía que era san Francisco Javier), a la Sagrada Familia, a la santa Vera Cruz, a la Virgen del Rosario, a san Bartolomé, Santiago el Mayor, san Nicolás, san José y el retablo mayor dedicado a las santas Justa y Rufina. Este retablo lo encargaría el concejo de Maluenda a los pintores Domingo Ram y Juan Rius.
En la capilla de san José, destaca el lienzo Dormición de San José, pintado en 1684 por Vicente Berdusán, réplica de uno anterior que realizó en 1673 para el convento del Carmen en Tudela.
Fuente: maluenda.net